sábado, 30 de mayo de 2015

Wishbone Ash, Sala Caracol (27-05-2015)

The Allman Brothers Band en el rock sureño, Thin Lizzy en el hard rock más clásico, o Iron Maiden y Judas Priest dentro de un rock más pesado. Todos ellos reconocibles y reconocidos por su juego de guitarras gemelas. El uso de las twin guitars se ha ido extendiendo a lo largo de los años y aunque todas estas bandas han pisado la alfombra roja, hubo una que quedó injustamente olvidada y a la que el éxito les fue esquivo. Wishbone Ash, pioneros del uso de dicha técnica durante la década de los 70, ha visto como su rock clásico entremezclado con el rock progresivo de bandas como Yes no ha seguido los pasos de las bandas a las que influenciaron.

45 años después, el conjunto inglés se ve envuelto en batallas legales que han propiciado la existencia de dos formaciones lideradas cada una de ellas por Martin Turner y Andy Powell, los dos guitarristas fundadores. Este último es el que se ha quedado con los derechos del nombre y el que defiende a los “verdaderos” Wishbone Ash. Y su visita a nuestro país se presentaba como una cita ineludible.


La sala Caracol madrileña lucía una más que decente entrada para recibir a esta banda de culto con un público cuya media de edad rondaba la mitad de siglo. Con cierto retraso, allí aparecía Andy Powell, siempre sonriente y sosteniendo su clásica Flying V, para iniciar al ritmo de The Power un show donde las guitarras triunfaron por todo lo alto.


Andy y Muddy Manninen demostraron que esta banda tiene algo especial más allá de las canciones, de un gran cantante o de los numerosos integrantes que han militado en ella durante todos estos años. La conjunción de guitarras fue épica, con fraseos continuos, solos alternados, melodías dobladas, guitarras que parecían hablar…espectacular. Y si bien el setlist no fue el que la gente esperaba, nadie puede manifestar que saliese de la sala disgustado o contrariado.

Andy realizó una revisión de su discografía completa haciendo sonar temas poco habituales como Heavy Weather, las recientes Deep Blues y Way Down South, o In Crisis. Canciones todas ellas que en directo adquirieron otra dimensión. Sin embargo, la erupción del público llegó en el mismo instante que sonaron los primeros acordes de Warrior. El tema contenido en su magistral “Argus” supuso un antes y un después en el concierto. Más aún cuando fue continuado por Throw Down the Sword, otra canción del álbum más reconocido de la formación y del cual se esperaba mucha representación en el setlist. Sorpresivamente, ningún tema más de dicho disco fue tocado hasta los bises, pero este hecho, lejos de suponer una decepción general, quedó en una mera anécdota.

  
No faltaron la prácticamente instrumental The Pilgrim, ni el ya clásico blues del Baby What You Want Me to Do de Jimmy Reed del que la banda se ha adueñado desde el lanzamiento de “Live Dates”, sin duda alguna uno de los mejores discos en directo de la década de los 70. Pero lo mejor estaba por llegar. Tras triunfar por todo lo alto un coreado y pegadizo Living Proof, Andy quiso complacer a la gente que en las inmediaciones del recinto le había solicitado la inclusión de Phoenix en el setlist.  

20 minutos de pura magia invadieron la sala. Un orgasmo musical con notas volando sobre las cabezas de la gente. Subidas y bajadas, cambios de ritmo, una línea de bajo asombrosa, solos entremezclados con la melodía… Una sensación única e irrepetible a la altura de muy pocas bandas. La ovación del público al término de la composición fue ensordecedora, como si de cualquiera de las grandes bandas nombradas al principio se trataran. Insuperable.


Después de haber abandonado el escenario tras dicha exhibición, el cuarteto volvió a enfundarse sus instrumentos para cerrar la noche con dos clásicos imperecederos: la épica Blowin’ Free y la marchosa Jail Bait. Un final perfecto para un concierto perfecto.


La gente se mantenía en su sitio esperando una vuelta a escena que nunca se produjo, pero con la satisfacción de haber presenciado algo especial. El setlist fue muy mejorable, es cierto, pero la valoración general del show fue sobresaliente. Es una lástima que Wishbone Ash no haya disfrutado de un éxito más que merecido, pero mientras Andy Powell siga ejerciendo de líder incombustible, los acérrimos seguidores estamos de enhorabuena. Ojala vuelvan pronto por estas tierras para estar allí de nuevo como fieles guerreros.



Setlist: The Power / Deep Blues / Heavy Weather / Warrior / Throw Down the Sword / Way Down South / Baby What You Want Me to Do (Jimmy Reed cover) / The Pilgrim / Front Page News / In Crisis / Living Proof / Phoenix // Blowin’ Free / Jail Bait


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