miércoles, 24 de junio de 2015

Kiss, Barclaycard Center (22-06-2015)

Que un concierto es algo más que la ejecución de una serie de canciones está claro, pero pocas veces queda tan claro como sucede con Kiss. Los años pasarán por todos sus miembros, las condiciones vocales fallarán cada vez más, pero el espectáculo que ofrecen en cada uno de sus conciertos hace que siempre se salga de ellos con una sonrisa de oreja a oreja. Un concierto que se convierte siempre en un espectáculo mastodontico donde prima la diversión y el buen rollo. Su reciente visita a la capital española, como era de esperar, no iba suponer una excepción.


Con un Palacio de los Deportes, ahora conocido como Barclaycard Center, a reventar, y tras sonar el Good Times Bad Times de Led Zeppelin de fondo, aparecían sobre el escenario 4 músicos ataviados con los disfraces más característicos de la historia del rock. La ovación del público hacía retumbar los cimientos del pabellón, los cuales se vinieron abajo cuando el cuarteto de Nueva York arrancaba el show con Detroit Rock City. La fiesta comenzaba, y los fuegos, los petardos, las explosiones y los juegos de luces no cesaron hasta el final de la misma.

Desde ese primer momento ya se vio que la voz de Paul Stanley está en las últimas. Le costaba llegar a cualquier nota ligeramente aguda y sufría para mantener la respiración en las estrofas más largas. Sin embargo, arropado por sus compañeros y por un espectáculo visual magistral, la gente pronto dejó de pensar en la flaqueza de sus cuerdas vocales y tal infortunio quedó un segundo plano. Además, a modo de descanso, Starchild, agradeció repetidamente el apoyo del público y se extendió en discursos que llegaron a hacerse bastantes pesados, y donde demostró que conoce bien el idioma castellano. Gracias a Dios, no consiguió romper el ritmo que llevaba el show.

La primera mitad de concierto contó con canciones más recientes como la pegadiza Psycho Circus o la “novedosa” Hell or Hallelujah, e incluyó un pequeño set centrado en su disco “Creatures of the Night”. Pero lo más llamativo fue la vuelta de tuerca que han dado al setlist, añadiendo más piezas donde Gene Simmons se hace cargo del micrófono. De esta forma, canciones menos habituales como Calling Dr. Love o Cold Gin se sumaron a clásicos como la espídica Deuce o la coreable I Love It Loud, y se entremezclaron con los temas donde Paul volvía a retomar el protagonismo.


Sendos solos de guitarra y batería a cargo de Tommy Thayer y un magnífico Eric Singer, supusieron un punto de inflexión. A partir de ese momento, el concierto explotó definitivamente al ritmo de los clásicos que nos llevan acompañando más de cuatro décadas. Pero no solo eso, el espectáculo creció y nos dejó momentos memorables como el interludio acaecido en la aclamada Lick It Up, donde Paul y Tommy ejecutaron un largo pasaje del Won’t Get Fooled Again de The Who subidos en una plataforma de varios metros de altura.

Tampoco faltó el característico solo de bajo de Gene, con la sangre corriendo por su boca y transmitiendo la imagen perfecta del demonio que representa su traje, que culminó con su ascenso a una plataforma en lo alto del pabellón para ejecutar un maravilloso e inesperado God of Thunder.


Ya encarando la parte final del set, una tirolina transportó a Paul hasta el otro extremo de la pista, surcando las cabezas de todos sus fans que estaban literalmente fuera de sí. Desde la pequeña plataforma colocada al final del ruedo, el frontman escupió un estratosférico Love Gun que se erigió como uno de los puntos más álgidos de la noche. Tras un breve solo y la inconfundible introducción de Black Diamond, retomaba el vuelo de vuelta al escenario mientras Eric Singer hacía las veces de Peter Criss a cargo de la voz principal en una de las canciones más significativas de la banda.

Tras una corta retirada durante la cual el gentío no dejó en ningún momento de gritar y aplaudir, los cuatro músicos volvieron para dar por finalizada la velada con tres de los temas más festivos y directos de su repertorio: el coreadísimo Shout It Out Loud, la discotequera I Was Made For Loving You y el gran clásico de la formación, la inconfundible Rock and Roll All Nite. Este último tema fue alargado hasta la saciedad y puso el cierre al show entre confeti, con Gene y Tommy subidos a sendas plataformas en el centro de la pista y con Paul destrozando su guitarra sobre el escenario principal.

Un cierre perfecto para un concierto que, aun mostrando las debilidades vocales de Stanley, constituyo un espectáculo a la altura de muy pocas bandas (seguramente ninguna) y que hizo disfrutar al variado público que allí se dio cita. I WANNA ROCK AND ROLL ALL NITE AND PARTY EVERY DAY!!!    


Fotos a cargo de gavitana (Foro Azkena Rock)


Setlist: Detroit Rock City / Deuce / Psycho Circus / Creatures of the Night / I Love It Loud / War Machine / Do You Love Me / Hell or Hallelujah / Calling Dr. Love / Lick It Up / God of Thunder / Cold Gin / Love Gun / Black Diamond // Shout It Out Loud / I Was Made For Loving You / I Wanna Rock and Roll All Nite